Medir para mejorar. Para poder mejorar y saber que estamos mejorando, son necesarios indicadores. Esta premisa, que puede ser aplicada a cualquier ámbito de nuestra vida personal y/o profesional, resulta fundamental en las diferentes etapas del Desarrollo Organizacional.
Uno de los indicadores más habituales empleados en el ámbito productivo suele ser el OEE.
Mediante este indicador se obtienen los siguientes datos:
El punto de partida es el tiempo planificado. Ello depende del calendario laboral, de los turnos, y de las paradas que están programadas por tiempos de descanso y similares.
Un sistema OEE bien diseñado, y captando información de los parámetros y resultados de la producción, permite priorizar y conocer cuales pueden ser los aspectos claves para mejorar los resultados empresariales desde el punto de vista de la eficiencia operativa.
Cada empresa basándose en estos principios generales del OEE, debe diseñar sus propios indicadores y decidir donde influye el parámetro a controlar, y qué parámetros realmente son los que se deben medir.
Hay que tener también en cuenta que los datos del OEE suponen por una parte definir lo que son tiempos estándares de proceso y de ajuste de máquinas y luego recopilar esta información y obtener los indicadores. En empresas con productos poco seriados y donde existe una mayor variabilidad de los parámetros que influyen en la calidad y tiempo de los productos fabricados, emplear un sistema OEE resulta menos eficaz que en una empresa con una mayor repetitividad de los productos y procesos.
Los datos del OEE para medir las etapas del Desarrollo Organizacional
Los datos del OEE permiten en cualquier caso conocer la eficacia de las instalaciones y del rendimiento y tiempo empleado en los procesos de fabricación. Otro aspecto será la facilidad o no para poder tomar decisiones y acciones correctoras cuando nuestro grado de dispersión es muy grande y poco repetitivos.
Los datos del OEE deberemos acompañarlos con otros indicadores que nos ayuden a visualizar y conocer la evolución de la empresa desde un punto de vista más global y amplio como pueden ser los indicadores de plazos de entrega y facturación realizada por los equipos de trabajo (medida en unidades, euros, kgs…).
Ello resulta fundamental, hay que combinar los datos de eficiencia con carácter más local con la visión global del negocio y su evolución, que es la que realmente importa.
Resulta fundamental analizar bien los indicadores
Hay que tener cuidado con estos indicadores, porque el hecho de que podamos priorizar disponer de ratios de rendimiento muy alto en las operaciones de fabricación, no siempre es lo más aconsejable, porque puede estar alargando los plazos de entrega y con ello perdiendo oportunidades de facturar más. En este sentido se pueden tomar decisiones erróneas y diseñar distribuciones en planta tipo funcionales y sistemas organizativos ajustados a los mismos, cuando puede ser más interesante realizar distribuciones en planta por productos, y con ello optimizar las entregas a los clientes, en detrimento de los datos del OEE.
Desde Sakona os acompañamos en este apasionante viaje de optimizar y reordenar los sistemas organizativos e indicadores, para aumentar la rentabilidad global de la organización.
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